En una de nuestras anteriores entradas vimos algunos consejos para elegir, bajo nuestro criterio, qué prismáticos comprar. Ahora, nos animamos a dejaros algunas recomendaciones sobre cómo cuidar nuestra vista y, en definitiva, nuestro ojos cuando salimos al campo a disfrutar de las
aves y utilizamos equipos ópticos. Ya seas profesional de la conservación,
siguiendo una o varias especies, o realices salidas al campo de manera
esporádica, lo que te vamos a contar podrá resultarte de interés, pues hablamos
de mantener y cuidar nuestra salud visual.
En algunos casos, como
ornitólogos/as, pasamos muchas horas observando naturaleza a través de sistemas
ópticos, lo que determina que dependiendo del número de horas, la luz exterior
y el tipo de óptica empleada, terminemos más o menos fatigados, visualmente
hablando. Algunas de las afecciones que puede ocasionar un uso continuo de
estos equipos, sin las debidas medidas preventivas, picor, sequedad de los ojos, cefaleas o visión borrosa entre otras.
Para que puedas entender lo que te queremos
trasladar con este texto, hemos dividido la entrada en las diferentes fases o
periodos en los que mantener una buena praxis, que al utilizar equipos ópticos,
mejorará nuestra salud visual durante las jornadas de campeo.
Momentos previos a nuestra salida al campo:
La primera de las recomendaciones que podemos
darte es limpiar bien las lentes de
nuestros sistemas de observación. La grasa y suciedad en éstas, puede ser
leve y no ser apreciada durante la jornada pero, muchas veces sin que seamos
conscientes, se producen imágenes parásitas
en nuestras retinas. Estas imágenes, son distorsiones y reflejos, producidas
por la suciedad de las lentes llegando a la retina de nuestros ojos. Como son
pequeñas y nuestro centro de atención es otro, la mayoría de las veces no las
percibimos, aunque no debemos descuidarlas. Oculares u objetivos sucios o muy sucios,
pueden desencadenar esfuerzos visuales mayores como, por ejemplo, los que
ocurren en condiciones de baja luminosidad.
En condiciones de escasa luminosidad, hemos de tener en cuenta que nuestros ojos realizarán un gran esfuerzo visual.
La siguiente de nuestras medidas preventivas
es lavarnos los ojos antes de salir de
casa con suero fisiológico. Esta recomendación es mucho más importante,
como veremos posteriormente, cuando regresemos a casa pero, no está de más hacerlo
también antes de salir. La higiene visual es algo que deberíamos realizar
cotidianamente; si vamos a pasar horas al aire libre haciendo cualquier actividad es muy necesaria y
recomendable.
Durante nuestra estancia en el campo:
Las condiciones en el exterior pueden ser muy
variadas: clima, entorno, época del año… Estos factores tienen gran repercusión
en nuestra vista, afectándonos de varias maneras, por lo que vamos a tratar de
dar unas recomendaciones generales, para mantener nuestra higiene ocular. Debemos tener
claro que la incidencia luminosa en los equipos ópticos, es uno de los mayores
riesgos para nuestros ojos, durante las horas de observación.
Utiliza gafas
de sol y gorra o visera para proteger los ojos y nuestra cabeza. En las
condiciones de luz medias o altas, cuando notamos que debemos entornar los
ojos, es necesaria la utilización de gafas de sol o, buscar una buena sombra
donde situarnos. Así, conseguiremos atenuar la luz intensa y relajaremos los
músculos oculares, principalmente el músculo ciliar encargado de la
acomodación, pero también los músculos de los párpados, al no tener que fruncir
el ceño, evitando además posibles cefaleas (dolor de cabeza) posteriores.Por supuesto tenemos que decirte que
adquieras gafas de sol en establecimientos sanitarios de óptica, evitando la
adquisición en otros lugares no especializados, pues pueden ser incluso más
perjudiciales que la no utilización de las mismas. Especial atención se ha de
tener al adquirir gafas de imitación con marcas conocidas.
Ejemplo de como utilizar la gorra para evitar la entrada de luz entre ocular y nuestro ojo, consiguiendo así reducir los deslumbramientos y enfoques naturales de nuestro sistema ocular.
Poner el ocular del telescopio o los de los
prismáticos en posición adecuada (plegando o desplegando las copas que estos incorporan) para poder acercar y
obtener una adecuada distancia ocular de nuestros ojos a la lente de nuestro
equipo. De esta forma no hay que desplegar la copa de nuestros oculares cuando
las observaciones se realizan con gafas, mientras que si se usan lentillas o no
se requiere, por que el usuario no necesita compensación óptica, las copas
deben estar extendidas.
En muchas de nuestras salidas observamos como
uno de los accesorios que suelen tener todos los telescopios no es muy
utilizado: el parasol. La función de
este accesorio (normalmente extraíble) es evitar la incidencia del sol en la
pupila de entrada (lente del objetivo) ya que se producen contraluces y deslumbramientos.
Las lentes de los aparatos de observación llevan tratamiento antirreflejante y
son de distintas calidades; lo cual hace que los precios sean tan variados en
el mercado. Los equipos de alta gama (no vamos a citar marcas) tienen lentes de
mayor calidad en su fabricación por lo que las aberraciones son mínimas. No obstante es
muy recomendable en condiciones de luz muy “duras” como los días soleados, al
mediodía o en la observación de aves acuáticas e incluso en zonas nevadas utilizar el parasol de nuestro telescopio.
La utilización de lentes de contacto durante la observación es optativa pero, debemos
tener claro que su utilización nos obligará a aumentar el número de parpadeos
para evitar la deshidratación de las mismas. Si estamos visualizando un ave en
vuelo, estos repetidos parpadeos nos darán peores imágenes al ser más complicado
mantener el enfoque. Y, por supuesto, la utilización de lentillas produce más fotofobia
y tiene que ir acompañada de gafas de sol cuando la luminiscencia sea grande. Por
tanto y en líneas generales sería preferible tener gafas de sol graduadas y
mirar con ellas sin quitárnosla por nuestros prismáticos y telescopio. En caso
de querer alternar lentillas graduadas y gafas de sol, una buena recomendación
es llevar lágrima artificial y echar una gota en cada ojo cada dos horas, para mantener
el grado de hidratación de nuestros ojos a lo largo de nuestra jornada de
campo.
En el caso de utilizar gafas graduadas, deberás acostumbrarte a mirar tal y como se puede apreciar en la imagen superior. La alineación del conjunto: ojos-gafas y ocular es perfecta.
Cuando utilicemos el telescopio durante mucho
tiempo, por ejemplo en el seguimiento de aves acuáticas, censos, seguimiento de
nidificación de alguna rapaz, etc. se
debe alternar el ojo con el que miramos, para evitar la aparición de espasmos
musculares. El músculo ciliar es el encargado de la acomodación del cristalino,
fenómeno fundamental en el sistema visual de casi todos los animales. Se puede
definir al cristalino como el “zoom” del ojo. Este pequeño órgano, del tamaño
de una lenteja en los humanos, es una lente de fuerte potencia dióptrica que,
nos permite pasar de enfocar un objeto lejano a uno cercano sin notarlo, en
centésimas de segundo. El cristalino se ensancha o se estrecha para mantener el
enfoque y, es el músculo ciliar junto a las fibras del cuerpo ciliar el
encargado de estos cambios en el espesor del cristalino. Cuanto más tiempo
mantengamos nuestro ojo pegado al ocular del telescopio, el esfuerzo
acomodativo será mayor, produciéndose en muchas ocasiones espasmos musculares
(generalmente al haber concluido la jornada al aire libre). Estos se
manifiestan con un dolor leve en la zona de la órbita (cavidad ósea donde se
encuentra el globo ocular), como si nos molestaran los ojos al estar cansados.
Además pueden aparecer tics palpebrales (pequeños movimientos involuntarios de
los párpados que se producen cuanto mayor sea la astenopia o fatiga visual), enrojecimiento
de la conjuntiva, etc.
Partes del ojo humano. Uno de los órganos de nuestro cuerpo más sensibles y delicados.
Cada sujeto tiene un rango acomodativo distinto y la afectación puede ser diversa, ya que en algunos casos no se apreciarán los síntomas, lo cual no quiere decir que el esfuerzo acomodativo no se produzca. Es muy útil en ese sentido, aprender a guiñar los dos ojos para poder alternar cada poco tiempo el ojo que acercamos al ocular. También se puede mirar manteniendo el otro ojo abierto pero no resulta cómodo, ya que obligamos al cerebro a no tener en cuenta la imagen que se obtiene del otro ojo y eso no es muy recomendable ya que obligamos a nuestra mente a anular la imagen del ojo que no tenemos en el ocular.
Ejemplo del uso de gafas graduadas y su perfecta alineación con el ocular del telescopio. Aprender a guiñar los dos ojos, aliviará la sensación de cansancio general ocular, compensando además los esfuerzos visuales.
En la utilización de los prismáticos al ser estos binoculares tenemos menos riesgos de los
comentados anteriormente para el uso del telescopio aunque también deberemos tomarnos
nuestros descansos. Por tanto la recomendación es que debemos apartar cada poco tiempo nuestra vista de
los aparatos de observación y seguir mirando a nuestro objetivo sin ellos,
así relajamos la acomodación puesto que al mirar al infinito es cuando menos se
“tensa” el músculo ciliar. Pasados cinco o diez segundos volveremos a
acercarnos a los oculares. Esta simple
distracción cada poco tiempo nos evitará problemas posteriores.
A lo largo de nuestra salida de campo tenemos
que revisar si los oculares de nuestros
aparatos permanecen limpios y si no, realizar una limpieza “in-situ”, con
una gamuza de microfibra. Esta acción, no está de más, sobre todo si estamos utilizándolos
entre varias personas. Para evitar ensuciar nuestras lentes conviene colocar
las tapaderas de las mismas cuando dejemos de utilizar nuestros equipos, por
ejemplo durante la hora de la comida o mientras charlamos con un compañero/a.
En algunas ocasiones y por las circunstancias (lluvia, nieve, viento, etc.) es posible que alguna de nuestras observaciones se tengan que realizar desde nuestro vehículo. Pero hemos de tener cuidado, pues la visión hacia los laterales de la luna de un vehículo, distorsiona en gran medida la imagen y nuestros ojos se ven obligados a intentar enfocar con nulo resultado.
¿Cómo mirar con
nuestros equipos ópticos y mantener nuestra salud visual?
Es importante tener en todo momento localizada la posición del sol y jamás debemos intentar mirarlo directamente con cualquier equipo. Especial atención debemos tener cuando realizamos actividades y compartimos los equipos ópticos con personas poco familiarizadas con ellos.
Las consecuencias de mirar al sol directamente durante largos periodos de tiempo son graves, ya que las células fotorreceptoras de la retina (los conos y bastones) se “queman” en mayor número con lo cual los deslumbramientos son continuos. Aunque estas células se regeneren casi instantáneamente, la exposición continua en estas situaciones puede llegar a producir daños irreversibles en nuestras retinas. En jornadas de campo en zonas nevadas y sin la protección ocular adecuada puede aparecer “retinitis de las nieves”, que se produce por una fuerte exposición a la luz, debida al reflejo de la luz en la nieve. Si estas condiciones son prolongadas en el tiempo, pueden desencadenar ceguera, siendo irreversible la capacidad de recuperación de estas células retinianas, que son las encargadas de la formación de la imagen en nuestra retina. En el seguimiento de aves en vuelo ten siempre en cuenta la posición del sol, para que evites encontrarte “cara a cara” con él. Y si te lo encuentras, es preferible esperar a que el ave se aleje del sol, para continuar siguiéndola con nuestros equipos de observación.Para poder obtener las mejores imágenes, a través de nuestra óptica sin sufrir daños en nuestra visión, la mejor de nuestras posiciones es la de estar de espaldas al sol, de tal manera que nuestra zona de observación quede perfectamente iluminada. Esta misma recomendación te la daremos para la observación de aves acuáticas.
Debemos tener mucha precaución al utilizar nuestros equipos ópticos frente al sol. Se debe evitar en todo momento cruzar nuestra mirada con él.
Las consecuencias de mirar al sol directamente durante largos periodos de tiempo son graves, ya que las células fotorreceptoras de la retina (los conos y bastones) se “queman” en mayor número con lo cual los deslumbramientos son continuos. Aunque estas células se regeneren casi instantáneamente, la exposición continua en estas situaciones puede llegar a producir daños irreversibles en nuestras retinas. En jornadas de campo en zonas nevadas y sin la protección ocular adecuada puede aparecer “retinitis de las nieves”, que se produce por una fuerte exposición a la luz, debida al reflejo de la luz en la nieve. Si estas condiciones son prolongadas en el tiempo, pueden desencadenar ceguera, siendo irreversible la capacidad de recuperación de estas células retinianas, que son las encargadas de la formación de la imagen en nuestra retina. En el seguimiento de aves en vuelo ten siempre en cuenta la posición del sol, para que evites encontrarte “cara a cara” con él. Y si te lo encuentras, es preferible esperar a que el ave se aleje del sol, para continuar siguiéndola con nuestros equipos de observación.Para poder obtener las mejores imágenes, a través de nuestra óptica sin sufrir daños en nuestra visión, la mejor de nuestras posiciones es la de estar de espaldas al sol, de tal manera que nuestra zona de observación quede perfectamente iluminada. Esta misma recomendación te la daremos para la observación de aves acuáticas.
Especial atención se ha de prestar cuando nuestras observaciones se realizan sobre ecosistemas acuáticos, pues los reflejos pueden estar muy presentes si nuestra colocación con respecto al sol no es la adecuada.
El agua de una laguna o de un
embalse genera gran cantidad de reflejos que pueden dañar nuestra visión si la
luz reflejada entra en nuestros equipos ópticos. En estos casos, la luz
preferible y la que más agradeceremos es la luz cenital, cuando el sol está
detrás nuestro, ya que al ser una iluminación horizontal, que no viene desde
arriba, elimina reflejos en el agua.
Este grupo de observadores/as está bien orientado, teniendo la entrada del sol ligeramente desde atrás y lateralmente para poder realizar la observación de cetáceos y aves marinas.
Te recomendamos de manera general que para
una mejor visión con tus equipos ópticos estés, si las circunstancias lo
permiten, a la sombra, pues de esta manera tus ojos no tendrán que estar
“luchando” por amortiguar el cambio drástico de la exposición natural de la luz
a la del ocular.
Grupo de observadores, realizando el seguimiento migratorio de aves planeadoras aprovechando la sombra de un único árbol que permite realizar mayores contrastes de las aves objeto de observación sobre el cielo.
Terminada la jornada de campo:
Una vez terminada la jornada y cuando
regresamos a nuestra casa debemos lavarnos los ojos con suero fisiológico. Intentar descansar la visión antes de irnos a
dormir en condiciones óptimas de luz, sin estar leyendo en penumbra por ejemplo
o viendo pantallas como la del móvil o la de la televisión en condiciones de
baja luminosidad. El lavado de ojos con suero fisiológico debe ser a chorro, en
gran cantidad, utilizando como mínimo una ampolla para los dos ojos. Cerrar los
ojos y notar como penetra en el interior y nos hidrata. Repetir
alternativamente y durante varias veces este lavado (4-5 veces por cada ojo)
aumenta la recuperación de nuestra fatiga visual.
Por último se pueden realizar ejercicios de entrenamiento visual para
relajar los músculos, aunque esto no resulta necesario a no ser que algún
observador/a presente disfunciones visuales (ambliopía u ojo vago, estrabismo,
etc.) Estos ejercicios son para entrenar los músculos del ojo, en definitiva es
algo parecido a hacer deporte y entrenar. Básicamente son ejercicios de mirada,
enfocando a diferentes distancias, lateralmente, etc. Existe
bastante información en internet aunque no es muy necesario para aquellas personas
que no presentan estas disfunciones visuales.
Podemos resumir todo lo que te hemos contado
en estas 6 sencillas ideas para así garantizar tu salud visual en la
observación de la naturaleza:
1) Utiliza gafas de sol adecuadas, con lentes neutras o graduadas, cuidando siempre su limpieza.
2) Mantén limpias las lentes y oculares de
tus equipos ópticos.
3) Tomar los descansos necesarios en
observaciones prolongadas en el tiempo, en zonas nevadas, en zonas acuáticas o cuando las condiciones lumínicas sean intensas.
4) El sol es tu mejor aliado para una
observación correcta, déjalo a tus espaldas.
5) Siempre que puedas realiza tus
observaciones desde la sombra.
6) Al terminar tu jornada de observación lava
tus ojos con suero fisiológico.
Si tenemos en cuenta estas recomendaciones
nuestras jornadas resultarán más satisfactorias y el cansancio que
experimentarán tanto nuestros ojos como nuestra mente será mucho menor. Por
ello te animamos a ponerlas en práctica y a seguir estas medidas preventivas
para cuidar tu salud visual.
Esta
entrada se ha realizado y redactado entre los Grupos Locales de SEO Bird Life Sierra Norte de Madrid y Córdoba. En concreto han participado Miguel Ángel Granado (Sierra
Norte) e Iván Parrillo (Córdoba). Miguel es optometrista e Iván
es técnico superior en prevención de riesgos laborales. La coordinación y
experiencia entre ambos ha posibilitado esta entrada que esperamos sea del
agrado de todos/as nuestros/as seguidores.
Muchas gracias por los consejos.
ResponderEliminarLos pondré en práctica en mis s próximas ssludas
Muchisimas gracias!!! este articulo es super interesante e importantisimo si queremos alargar al maximo nuestra vida ocular
ResponderEliminarCuidar la salud ocular es importante en todas las etapas de la vida, algunos suplementos para mejorar la visión pueden servir de apoyo nutricional a la hora de mejorar la agudeza visual y fortalecer la salud general de los ojos.
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