lunes, 29 de marzo de 2021

EL BALUARTE DEL GORRIÓN

Apurando los últimos compases de invierno, gracias a la amabilidad de Juanjo Carrillo, acudimos a revisar las cajas que tenemos instaladas en el recinto de la Ciudad de los Niños. Fué una visita atípica, debido a la restricciones por el recrudecimiento de la pandemia del covid-19. No hubo bullicio ni chiquillería como siempre, sólo estuvimos presentes María Dolores y quien escribe, ambos embozados con nuestra mascarilla y mi compañera con las gafas empañadas por el efecto de la condensación del aire de su respiración y la bendita y dichosa mascarilla. En la Ciudad de los Niños, sólo los operarios se afanaban en su labor.

María Dolores, gafas empañadas, abriendo una de las cajas

La Ciudad de los Niños se ha convertido en una especie de santuario del gorrión común en nuestra ciudad. Una especie que está sufriendo un gravísimo declive en gran parte de Europa y en España, y que necesita precisamente lo que la Ciudad de los Niños le ofrece: buena alimentación y lugares idóneos donde nidificar.
Soledad absoluta en la Ciudad de los Niños mientras procedemos a bajar las cajas


Un nido de gorrión, el protagonista en la Ciudad de los Niños


María Dolores se animó a hacer sus pinitos con la pértiga

Estábamos un poco expectantes por saber como el confinamiento duro que vivió nuestro país la primavera pasada afectó a la ocupación de las cajas, pero confome comenzamos a bajar y abrir cajas, vimos que los números eran similares a los años anteriores sin pandemia. O sea, que sin duda los gorriones de la ciudad de los niños, al no poder alimentarse de los restos de comida de los visitantes del recinto, buscaron alimento en el zoológico, cuyas instalaciones están adyacentes al recinto de la Ciudad de los Niños, donde se convertirían en improvisados comensales del menú diario aportado a numerosas especies. 

Pajotes y plumas, los materiales por excelencia del gorrión


Un nidal con doble ocupación


Una caja ocupada por mirlo en el Parque Cruz Conde. Los autillos no las usaron un año más.

Al final los números fueron rotundos, de 46 cajas existentes, 39 fueron ocupadas por gorriones y siete quedaron vacías (todas de 28mm). Sólo hubo un par de cajas donde páridos (carboneros), intentaron aportar material para iniciar la construcción de un nido, pero o fueron expulsados por los gorriones o desistieron. Y así nos marchamos con la satisfacción de que las cajas ya están listas para albergar un año más a los bulliciosos gorriones de la Ciudad de los Niños. Para rematar la faena, nos llegamos a revisar las cajas de autillo, instaladas en el Parque Cruz Conde, justo enfrente de la Ciudad de los Niños. Tampoco hubo suerte este año, y el autillo se volvió a mostrar esquivo, no haciendo uso de nuestros habitáculos. Seguiremos perseverando.

Este artículo ha sido elaborado por María Dolores Martínez y Carlos Flores García, miembros activos del Grupo Local SEO-Córdoba.













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