martes, 12 de noviembre de 2024

LAGUNA DE DAR BOUAZZA. UN NUEVO "LOCAL PATCH" EN CASABLANCA, MARRUECOS.

Cuando uno llega a una ciudad de un país desconocido lo primero que busca es un sitio adecuado para vivir, un lugar para hacer la compra semanal y la mejor ruta para ir al trabajo. Una vez cubiertas las prosaicas necesidades del día a día, el individuo busca la elevación espiritual en aquellos lugares donde puede ser feliz. 

Hay gente que es feliz en una cancha de pádel, jugando al tenis de mesa, saliendo con la bici, en la barra de un bar o yendo al cine. Hay otra gente (o quizás la misma) que es feliz buscando pájaros. Para esto, hoy en día, hay muchísima información y no es difícil descubrir un lugar donde ir a pajarear cerca de casa a través de internet. Haciendo un ejercicio de imaginación me pongo a pensar cuánto (en un idioma desconocido y sin ningún contacto local) habría tardado en dar con este lugar (si es que lo hubiese encontrado) en la época pre-internet. Punto a favor de esta red global. Y más en particular, a la aplicación de eBird. Me sorprendió ver un punto con tantos avistamientos de tal cantidad de aves tan cerca de una gran urbe como es Casablanca.


Una vez encontrado el sitio uno se pone su traje de gala, agarra sus prismáticos, su cámara y va a descubrir un lugar en el que no sabe qué encontrará. 

Estamos hablando de la laguna litoral de Dar Bouazza en la región de Casablanca-Settat (la antigua Gran Casablanca) en Marruecos, a 15 kilómetros al suroeste de Casablanca. Uno, cuando llega, rápidamente siente eso que te impregna cuando sabes que estás en el lugar adecuado, ese que te hace feliz. Después de la primera toma de contacto, piensas que tal joya no debe condenarse al ostracismo y que más gente tiene que conocer ese lugar. Cuando uno disfruta en soledad de algo no tiene reparo a proponer a la gente que le acompañe. Si la propuesta no tiene acogida, será un día más en la oficina.


Laguna Dar Bouazza


Pero aquí llegó la sorpresa y esto he de agradecérselo enormemente a los compañeros/as del Instituto Español Juan Ramón Jiménez de Casablanca. La respuesta fue fantástica, superando con creces las expectativas, mucha gente quería venir a disfrutar de una mañana de pajareo. A uno se le llena el alma cuando otros/as quieren ver aquello que te hace feliz. 

Las condiciones no eran las ideales para hacer una actividad con certezas, apenas teníamos material, al sitio sólo había ido una vez y el estado de conservación del mismo no es, ni de lejos, el mejor (de esto hablaré más adelante). Pero amaneció un día soleado, con una agradable temperatura en este lado del Atlántico y allá que fuimos.

Nada más llegar, mientras se empezaba la charla introductoria, el aguilucho lagunero vino a saludarnos. La única rapaz del lugar nos daba una cálida bienvenida siendo, como en la mayoría de los casos, un pájaro de buen agüero. Mientras charlábamos, los estorninos se posaron en la farola más cercana para recordarnos que, si necesitamos alguna imitación que mejore el paseo, están preparados para ello.

Aguilucho lagunero occidental

Para meternos en faena nos subimos al dique que se ha construido para evitar que la ciudadanía vierta sus escombros a la laguna. En este punto está Marruecos, lamentablemente. Pero no pongamos el grito en el cielo porque hace no tanto, los escombros también los tirábamos un poco más al norte. En este muro empezamos viendo un numeroso grupo de fochas comunes y varias parejas de ánades reales. La polla de agua se dejaba ver y la pareja de laguneros de vez en cuando volvía para saludar. 
Subidos al dique anti-escombros

Avanzamos un poco para ver las agrupadas cigüeñuelas, el calamón fue tímido pero, una vez descubierto, se pavoneó con un gran paseo en la orilla oeste de la laguna. Entre estos avistamientos los moritos empezaban a dejarse ver, pero antes de llegar a su grupo grande, conseguimos ver a los correlimos comunes, chorlitejos chicos, los archibebes comunes y una preciosa tarabilla que posaba en el punto más alto de un seto dentro de nuestro campo de visión. Dejando caer, sin decir nada -que es como los mensajes llegan al alma- que no es acuática pero sí merecedora de nuestra atención, con toda la razón. 

El pastor


Los mirlos fueron suficientemente extrovertidos para visitarnos de cerca, sorprendidos de que en el día a día pasen tan desapercibidos. Los verderones, con su inconfundible sonido de pistola láser, se dejaban oír pero no tanto ver.

Buscando las oscuras golondrinas

Las golondrinas dáuricas hicieron un vuelo acrobático en nuestras narices, volando tan rápido que era incluso difícil asegurar que se trataba de ellas.

Esta laguna es un buen remanso para las gaviotas de Audouin y las famosas gaviotas patiamarillas -unas habitantes más de la cosmopolita Casablanca- también nos deleitaron con su presencia.

Intentando decir Audouin sin trabarse

Cuando bajamos del dique para avanzar, nos cruzamos con el rebaño de cabras y vacas que pastan en el lugar. Además de disfrutar de su encuentro, trajeron como acompañantes a las garcillas bueyeras y a un par de garcetas comunes que pasaron volando en nuestra frente, dejando fácil comentar cómo diferenciarlas.

El rebaño

Una vez que ya habíamos hecho una buena checklist, ya podíamos simplemente pasear y disfrutar. Hemos de agradecer a Eva su pequeño ágape, gracias al cual la visita al sistema dunar y a la playa fueron mucho más amenas.

A uno le cuesta irse de donde es feliz. Pero ya lo decía el maestro Krahe, "No todo va a ser pajarear"

Listado de aves encontradas durante el paseo:
-Aguilucho lagunero occidental
-Estorninos
-Focha común
-Cigüeñuela
-Gaviota de Audouin
-Garceta común
-Garcilla bueyera
-Polla de agua
-Calamón común
-Ánade real
-Mirlo común
-Golondrina dáurica
-Morito común
-Tarabilla europea
-Correlimos común
-Archibebe común
-Chorlitejo chico
-Gaviota patiamarilla
-Verderón común


Características, estado ambiental y amenazas de la laguna.

La laguna tiene aproximadamente 1 km de largo por 150 m de ancho. Está rodeada por el sistema dunar que da al océano, un bosque de eucaliptos y chalets adosados que cada vez la cercan más. Su importancia recae en que es el último humedal costero natural de la región, muy utilizado por las aves migratorias en sus viajes pre y post nupciales. 
El nivel de agua de la laguna varía a lo largo del año. Los principales aportes son la escorrentía que dejan las lluvias del otoño y la primavera aunque también bebe de tres aportes de agua subterránea que le permiten mantener la humedad, incluso en el periodo estival, de los años lluviosos. En los años secos o muy secos puede llegar a secarse por completo.

La laguna está fuertemente amenazada pero al menos se han realizado ciertas actuaciones en pos de su conservación. En los últimos años han hecho trabajos de retirada de escombros para reducir la colmatación de la laguna y se ha construido un dique para evitar que la ciudadanía lleve allí sus desechos.

Un camino había dividido en dos la laguna y, para solucionarlo, colocaron dos enormes tubos de hormigón que permiten que debajo del camino el agua fluya libremente.

En los alrededores de la laguna se ha vertido tierra para aumentar las zonas cultivables y de pastoreo. Además, de las fuentes de la laguna se extrae agua con camiones cisterna. Según la GOMAC (Grupo de ornitología de Marruecos) estas actuaciones deben parar inmediatamente. La presión urbanística en Dar Bouazza y Casablanca sigue creciendo. Aunque este lugar está clasificado como zona inundable no edificable, las solicitudes de ocupación, afortunadamente rechazadas hasta ahora, amenazan la daya con una artificialización irreversible. 
No he encontrado que la laguna posea ningún nivel de protección ni que tenga figura ambiental alguna.

Esperemos que con la ayuda de todos y todas, este oasis a las puertas de Casablanca mantenga el esplendor que aún le queda.


Bibliografía: 

-Maire. B et al. La daya de Dar Bouazza, un patrimoine naturel à préserver. Septiembre 2018. Gomac

Esta entrada ha sido realizada por Víctor Guticas. Miembro del Grupo Local de SEO-Córdoba.

jueves, 2 de mayo de 2024

ORNITOVIAJE: DE TÁNGER A MERZUGA (DESIERTO MARROQUÍ).

 Marruecos: de Tánger al Desierto 2024.

Algunos miembros del Grupo Local, tuvimos que posponer este viaje en marzo de 2020. Ahora y aprovechando la Semana Santa 2024, pudimos tomar rumbo a nuestro objetivo, visitar el país marroquí disfrutando de su gente, cultura, paisajes y sobre todo su biodiversidad.

Para alguno de los miembros de esta aventura, no era el primer contacto con Marruecos, por tanto, sabíamos qué podría depararnos nuestro camino, aunque íbamos a visitar nuevas zonas como el desierto.

Las fechas elegidas han sido del 22 al 30 de marzo de 2024, coincidiendo con la Semana Santa y donde teníamos más días de descanso. Nuestro desplazamiento por tierras africanas lo haríamos en una furgoneta T5 de nueve plazas, que llevaríamos desde España.

Como en otras crónicas vamos a dividir el viaje por días para que nos ayuden a entender la organización del mismo y el recorrido, posteriormente incluiremos algunas recomendaciones de cómo viajar a este país en cuanto a moneda, comida o alojamientos.

22 de marzo: Embarque en ferri y llegada a Tánger.

Las previsiones meteorológicas para estos días no eran las más favorables para poder cruzar el Estrecho de Gibraltar. Por logística y la experiencia de algunos miembros de nuestro grupo, decidimos sacar los billetes desde Tarifa a Tánger, de este modo evitábamos compartir embarque con una gran cantidad de camiones que parten desde España a territorio marroquí y que fundamentalmente se realiza desde el puerto de Algeciras, pero dado el temporal que se avecinaba, el puerto de Tarifa se cerró y el embarque hubo que hacerlo desde Algeciras hacia Tánger-Med. Este puerto marroquí dista 45 minutos de la ciudad de Tánger donde teníamos nuestro alojamiento para la primera noche. Sin mucho retraso embarcamos anocheciendo ya, puesto que ese viernes fue laborable para gran parte del grupo. Nos ubicamos en el ferri, tras el control de pasaportes en el interior de la embarcación, un poco de cena y a esperar una travesía movida por el fuerte viento. El atraque en Tánger-Med fue lento y más largo de lo normal dado el estado meteorológico. Tras nuestra salida del barco, control de pasaportes y vehículo, ponemos rumbo a Tánger.

23 de marzo: De Tánger a los bosques de cedros de Azrú.

Disfrutamos de nuestro primer copioso desayuno marroquí, a pesar del Ramadán, y salimos bien temprano hacia Azrú. Nuestro objetivo principal del día es realizar algunas paradas ornitológicas de camino a los impresionantes bosques del medio Atlas.

La primera parada la encontramos a escasos 40 minutos de Tánger, en concreto el Puente Tahaddart, sobre el río Mharhar. Desde aquí divisamos una enorme playa, la desembocadura de este río y unos esteros que nos permiten la observación de aves, como el zarapito real y trinador, águila calzada, milano negro, halcón peregrino, correlimos común, abejaruco europeo, entre otros.

Nuestro camino pasa por Arcila, que visitaremos en la última parte de nuestro viaje, desde donde tomamos la autopista dirección Azrú. Durante el trayecto nos llama la atención la cantidad de insectos que impactan contra el parabrisas de la furgoneta y que tenemos que limpiar en alguna de las paradas. Al medio día llegamos a Azrú y nos desplazamos al bosque de cedros de Gouraud, donde nos sorprenden los enormes portes de estos árboles, algunos ya muertos que dan un aspecto tenebroso al paisaje. También nos reciben rápidamente, en el mismo aparcamiento, los macacos de Berbería pidiendo y exigiendo comida a todos los que llegan. Realizamos un pequeño sendero pasando por varios puestos que venden souvenirs de fósiles, piedras, etc. En el paseo podemos contemplar aves forestales como el pinzón vulgar africano, herrerillo común africano, agateador común, reyezuelo listado, carbonero común, carbonero garrapinos o pico picapinos, además de un numeroso grupo de cuervos grandes. Antes de llegar a nuestro alojamiento aprovechamos la caída de la tarde para poder recorrer de manera tranquila un prado junto al bosque y observamos alondra totovía, alcaudón común, escribano soteño, petirrojo, chochín…

En Azrú nos alojamos en un pequeño Riad ubicado en la medina de la ciudad que, después de cenar, recorremos disfrutando de sus intrincadas callejuelas repletas de pequeñas tiendas y descubrimos con sorpresa el bullicio de los marroquíes en Ramadán, tras la caída del sol.


Zarapito real. 

Carbonero garrapinos, especie presente en el bosque de cedros. 




Macacos de Berbería


Los desayunos en Marruecos son espectaculares y muy variados. 


Mezquita de Azrú




Escribano soteño.

 
Águila calzada. 

24 de marzo: De Azrú al Hotel Yasmina (Desierto).

El recorrido previsto para este día era bastante largo, pero con las debidas paradas, se hizo todo mucho más llevadero.

Al recoger nuestro vehículo, una lluvia de barro ha dejado la furgoneta para darle un lavado. Limpiamos solo los cristales, pues sabemos que a lo largo del día y en esta primera parte del recorrido, la lluvia seguiría estando presente. Cruzamos el bosque de cedros y nos introducimos en el medio Atlas. El frío y la lluvia es la tónica general.

Llegamos a nuestro primer punto de observación del día: el lago Aguelmam Sidi Ali. Aquí, con mucho aire, disfrutamos de buenas avistamientos de gorrión chillón, collalba gris, collalba de Seebohm, tarro canelo y colirrojo diademado, al igual que una pareja de ratonero moro que andaban de disputa con un grupo de grajillas.

Reanudamos el recorrido y paramos para comprar comida y descansar. Vamos tomando nota de algunos puntos que nos pueden interesar visitar en nuestra vuelta. Llegamos al palmeral y por fin a Er-Rachidia. Nuestro camino en esta parte ya nos indica lo inhóspito del desierto de piedra y arena.

Una pista abandona la carretera R702 que conduce hasta Merzouga, y que nos lleva hasta el Hotel Yasmina donde pasaremos la primera noche en el desierto. Vemos la puesta de sol y la salida de la luna llena. El frío se va apoderando de la arena del desierto y tras la cena, nos vamos a dormir para madrugar y ver el amanecer.


Anochecer en el desierto. 




Amanecer en el desierto. 


Collalba de Seebohm


Colirrojo diademado. 


Collalba rubia. 

25 de marzo: Hacia el campamento en el Desierto.

A las 6 de la mañana la claridad es total. Los primeros rayos de sol salen y aprovechamos para visitar el puesto de anillamiento científico que Mar Illa, investigador catalán, realiza ya desde hace años en esta parte marroquí. En nuestro paseo mañanero nuestras observaciones deparan, como novedades, especies como la collalba yebélica, la collalba desértica o la curruca carrasqueña.

Tras el desayuno emprendemos la marcha hacia el Parque Igrane, un palmeral con acequias que atraen a muchas aves y donde es posible ver como es aprovechada el agua para mantener, entre palmeras, una gran cantidad de pequeños huertos. Cruzando el parque de oeste a este topamos con el desierto. Tórtola senegalesa, golondrinas dáuricas y comunes, collalbas yebélicas, de Seebohm y, sobre todos, un buen grupo de abejarucos persas nos dan la bienvenida.

Aprovechamos la cercanía de la tienda Depot Nomade, donde sus múltiples salas exponen, de manera “temática”, multitud de jarapas, alfombras, elementos antiguos, lámparas, bolsos, chilabas…

Antes de la actividad prevista para la tarde, y ya con la tormenta de arena en lo alto, decidimos visitar el Lago de Merzouga. Se encontraba completamente seco dada las pocas lluvias de los últimos años. Tan solo podemos ver el cadáver de un dromedario en un estado avanzado de descomposición y algunos cuervos desertícolas.

La tarde nos depararía un recorrido en 4x4 para llegar a uno de los campamentos habilitados para pasar la noche en el desierto. Una vez instalados en nuestras jaimas, decidimos pasear por los alrededores. La zona pedregosa junto con la presencia de algunas plantas y árboles, nos permiten observar turdoide rojizo y gorrión sahariano. Tras la cena y alrededor de un fuego de campamento, pudimos disfrutar del sonido de los tambores bereberes y del espléndido cielo estrellado. Tras lo cual nos fuimos a descansar.


Curruca carrasqueña


Collalba desértica


Abejaruco persa







Collalba yebélica

Cuervo desertícola.

 26 de marzo: del Desierto al oasis del Palmeral.

Una vez más madrugamos para disfrutar del amanecer en el desierto, que desplegó un maravilloso juego de luces en las dunas de arena que nos rodeaban. Mientras esperábamos la aparición del sol, escuchamos el canto de la alondra ibis y, en poco tiempo, localizamos un ejemplar que se empeñaba en marcar su territorio cantando sobre un pequeño montículo o arbusto, volar y tirarse en picado al suelo. Repite la maniobra varias veces para que pudiéramos recrearnos en su observación. También pudimos observar a una pareja de turdoides rojizos que estaban aportando presa a su nido situado entre las ramas de un intricado arbusto. Otras observaciones de interés en este paseo mañanero fueron la collalba de Seebohm y una hembra de colirrojo diademado, entre otras especies. Luego volvimos al campamento para desayunar, recoger nuestras mochilas y volver en 4x4 a recoger nuestra furgoneta.

Comienza nuestro recorrido de vuelta y realizamos una parada muy interesante para la observación de camachuelo trompetero y collalba rubia en el puente sobre la nacional N13 que cruza el río Ziz.

El viento se hace más y más fuerte al igual que la tormenta de arena que asola nuestro alojamiento Gite Zouala in Ziz Valley. Una antigua casa de campesinos y ganaderos hoy transformada en un magnífico lugar para el descanso. Buenas habitaciones, un amplio salón de reuniones y una exquisita cocina. Hami, su dueño, nos invita a dar una vuelta por el palmeral, pero el viento imposibilita realizar el recorrido, aprovechando entonces la tarde para descansar tomando té y charlando.


Alondra ibis. 


Turdoide rojizo. 


Aberajuco persa. 


Alcaudón común. 


Collalba yebélica


Camachuelo trompetero. 





Si viajas al sur de Marruecos, no debes perderte el oasis del palmeral. 

27 de marzo: Sendero por el oasis del Palmeral y la ciudad de Er-Rachidia.

Un nuevo desayuno hace las delicias de todo nuestro grupo. Nos preparamos y salimos por el palmeral, ahora sí, sin una pizca de viento para observar las aves que lo habitan. Tórtola europea, senegalesa y turca se dan cita aquí. También el escribano sahariano está muy presente, al igual que la collalba yebélica y el bulbul naranjero, junto con otras especies más comunes como jilgueros, verdecillos, verderones, ruiseñores comunes, currucas capirotadas... Paseamos también por la parte del pueblo de Zouala abandonada y sobre el alminar un macho de roquero solitario nos saluda.

Antes del mediodía decidimos desplazarnos al parque nacional AL HASSAN ADDAKHIL. Una enorme masa de agua por encima de Er-Rachidia nos deja la observación de águila pescadora, tarro canelo, somormujo lavanco, garza real, cormorán grande y flamenco rosa entre otras especies.

Después decidimos comer en la ciudad de Er-Rachidia y emplear la tarde paseando por el Souk Ihmar, uno de esos mercados con más de un millón de cosas para vender, especias, verduras, pan, aceitunas, bicicletas, relojes, ropa de imitación… Nos sorprende que en el interior de las tiendas los descarados escribanos saharianos están por todos lados, aprovechando todo lo que pueden.

Regresamos a nuestro alojamiento tras degustar un té marroquí en el mirador del cañón del Ziz, que siguiendo la nota común de estos últimos días nos recibe con calima y un fuerte viento que no nos deja disfrutar al máximo de la espectacular vista de este enclave.


Bulbul naranjero. 


Abejaruco persa


Escribano sahariano


Las duras C15 que siguen funcionando en Marruecos. 


Nuestro vehículo en el desierto pedregoso. 



Tórtola europea. 


Tórtola senegalesa. 

28 de marzo: Del Palmeral a Mequinez.

Otra nueva etapa de largo recorrido nos esperaba este día, para volver a atravesar el medio Atlas y llegar a la ciudad de Mequinez. El recorrido lo realizamos con paciencia y disfrutando mucho del paisaje, pues en nuestro paso con anterioridad por estas carreteras la calima era tal que nos impidió ver lo espléndido de la ruta. Realizamos varias paradas incluyendo la de probar los pinchitos de pollo y cordero con alguna ensalada.

La nieve nos sorprende y paramos cerca de Le sommet du mont Habri. Hace mucho viento y frío, pero disfrutamos de los pastores, sus perros y sus rebaños que inundan toda esta parte de Marruecos.

La llegada a la ciudad de Mequinez es a media tarde y nos dirigimos directamente a la medina de la ciudad donde nos alojamos. Nada más bajarnos del coche quedamos sorprendidos por la enorme colonia de vencejo real de la ciudad. Vencejos comunes y cernícalos primillas también están presentes y aprovechan la gran cantidad de mechinales de la restaurada muralla de la ciudad imperial.





Del desierto al medio Atlas, con mucho frío y nieve. 


Pardillo común. 


Vencejo real, un espectáculo verlo en medio de la ciudad de Mequinez. 


Culebrera europea. 


Paisaje agrario del medio Atlas. 

29 de marzo: De Mequinez a Arcila.

Una pareja de escribanos saharianos nos alegra el día en el interior del Riad donde nos alojamos, pues quieren aprovechar las miguitas del desayuno. Reponemos fuerzas y nos despedimos de Mequinez, para poner rumbo a nuestro siguiente punto de observación, cerca de Kenitra.

En el desplazamiento hasta la zona húmeda del Parque Nacional de Sidi-Boughaba, observamos unos enormes alcornocales que albergan cabañas ganaderas de vacuno y ovino. Recorremos el camino que nos lleva al punto de interés y ya podemos vislumbrar que tendremos nuevos avistamientos, como malvasía cabeciblanca, cerceta pardilla, focha moruna, pato colorado, zampullín chico, cigüeñuelas, urraca común (subespecie mauritanica) y águila calzada.

Abandonamos nuestra primera parada del día y nos desplazamos hacia Arcila. El grupo aquí se divide entre los que recorren su preciosa medina, así como las calles cercanas al puerto, y los que van a ver aves a una zona cercana y ya conocida por nosotros, en concreto el primero de los puntos de observación de la tarde es la Playa de Sauvage Tahadart. Un fuerte viento marino, hace que las aves se concentren en una zona más calmada y cercana a la que decidimos acercarnos. Sobre este punto flamenco rosa, gaviota sombría, de Adouin, tarro blanco, charrán patinegro, correlimos común y correlimos tridáctilo se dan cita. En concreto paramos en el camino que nos conduce al International Broadcasting Bureau Voice of America.

La tarde-noche termina con una espectacular tormenta que pone fin tanto al paseo de un grupo como a la observación de aves del otro, por lo que tras un breve descanso en el alojamiento decidimos ir a cenar.


Cerceta pardilla. 


Charran patinegro. 


Focha moruna. 


Otro de los placeres culinarios de Marruecos, los pinchitos de pollo y cordero. 



Murallas de Arcilla. 


Pato colorado. 


Tarro blanco. 

30 de marzo: Asila-Tánger y regreso a España.

La mañana se presenta muy desagradable con viento y agua. Ante las comunicaciones que tenemos con la península nos indican que el puerto de Tánger está cerrado, por tanto decidimos ponernos en ruta e ir directamente al puerto de Tánger-Med. Realizamos el cambio de billetes y esperamos al embarque.

Durante la travesía aprovechamos, como ya hemos realizado en otras ocasiones, para salir a cubierta y tratar de observar aves y mamíferos marinos. Disfrutamos de págalo grande, alcatraz común, pardela sp y paiño sp.

Ya en el puerto de Algeciras termina nuestro viaje de 8 días por tierras marroquíes.

Para finalizar os dejamos algunas recomendaciones para viajar a Marruecos:

-La moneda del país es el dírham (DH) y su cambio puede realizarse directamente al salir de las estaciones marítimas. En los núcleos urbanos también es posible realizarlo en los bancos existentes. Deberás realizar cambio de moneda, porque en pocos sitios (o casi ninguno de los visitados) aceptan el euro.

-El billete del barco lo tomamos con la compañía FRS, costando unos 100 euros/pasajero incluyendo la furgoneta. El total de los 8 billetes más la furgoneta, será de unos 820 euros.

-La seguridad en el país, dada nuestra experiencia, es más que satisfactoria. Ahora bien no hay que confiarse y estar bien atento a todo lo que nos rodea. Destacamos que no nos hayan parado en los numerosos controles que la policía realiza en las carreteras marroquíes. Al parecer a los turistas o vehículos con matrícula extranjera no se les suele parar.

-Regatea, no te conformes con el primero de los precios que te den en las tiendas donde compres. Ahora bien, ten en cuenta lo que negocias, a veces puede que estés negociando por ahorrarte un euro o menos. Otra cosa son los precios de cafés y restaurantes, donde el precio es el que viene en la carta y no es negociable.

-La comida es muy buena, no te quedes sin probarla. Evitamos en todo momento beber agua del grifo y lo hicimos comprando agua embotellada, pues aquí es donde pueden venir los problemas estomacales. Imposible viajar a Marruecos y no beber té moruno, nosotros lo degustamos prácticamente en cada una de las paradas o visitas que hicimos.

-Olvídate de los perjuicios con la gente marroquí, en líneas generales son muy cordiales y amables. Es cierto que en muchas ocasiones quieren ayudar al turista por recibir algunos DH como propina, pero que eso no te preocupe, si como propinas das 5 DH estás dando 50 céntimos de euro.

-La conducción en Marruecos es muy diferente a la española, al menos fuera de autopista. Las líneas continuas no se respetan siempre que exista visibilidad. Los marroquíes conducen de manera tranquila, aunque debes estar atento a los cruces e incorporaciones. Existen gran cantidad de controles de velocidad móviles y fijos, por lo que deberás respetar los límites establecidos.

Esta entrada ha sido realizada por Ignacio Molina, María del Carmen López, Emily Morandeira e Ivan Parrillo.