viernes, 31 de marzo de 2017

LAS CAJAS PARA AUTILLO DE LOS DON BOSCO


Hemos iniciado un nuevo mes, Marzo, y coincidiendo con los albores de la primavera, pronto volveremos a escuchar el canto monótono  de la más pequeña de las rapaces que pueblan la península ibérica, de vuelta de su periplo por los bosques tropicales y las sabanas de África, a donde marchó en otoño, el autillo.
 
En Enero de este año el educador social de la Fundación salesiana Don Bosco, Rafa Segura, contactó con el grupo local de SEO Córdoba para solicitar nuestro asesoramiento y colaboración para desarrollar un taller con los chicos sobre aves rapaces.

Deseosos como estaban de desarrollar una actividad que resultase atractiva para los chavales y útil para las aves, le propusimos trabajar con una de las especies que alberga nuestra ciudad en sus parques, jardines y en las riberas del Guadalquivir, el autillo, el único migrador transahariano de las rapaces nocturnas.

Así, a comienzos de Febrero miembros del grupo local hicimos una presentación en la sede la Fundación Don Bosco en la que dimos a conocer a los chicos las claves para su identificación, aspectos de la biología, ciclo vital y hábitos de este pequeño búho, así como la problemática asociada a la gestión del arbolado en parques públicos, que en ocasiones dificulta o limita la reproducción de esta especie.

Les proporcionamos madera y los planos para que ellos construyeran cajas para esta especie, inspirados por una caja modelo que les dejamos, y los Don Bosco se pusieron manos a la obra durante el mes de Febrero para proporcionar a nuestros autillos confortables hogares donde traer sus polluelos al mundo esta primavera.

Finalmente, el pasado 8 de Marzo, nos congregamos en el parque Cruz Conde para ubicar las cajas en dicho lugar, pues el Ayuntamiento de la ciudad había accedido a nuestra petición y nos había otorgado el pertinente permiso.

La colocación se llevó a cabo respetando los criterios científicos establecidos a fin de lograr la máxima ocupación, a saber, respetando una distancia entre cada caja de al menos 50-60 metros, y emplazando las cajas a una altura mínima de cuatro metros.

Para ellos fuimos equipados con una magnífica escalera, serrucho por si había necesidad de podar alguna rama, alambre para fijar las cajas al árbol, cortafríos y tenazas para manipular el alambre, serrín, para depositarlo en las cajas y evitar que los huevos del autillo rueden y se rompan, y unas pequeños cilindros de madera que ensartábamos con el alambre y que protegerán a los árboles de un posible daño causado por el alambre.

Los chicos de los Don Bosco hicieron gala de intrepidez y valor y subieron a las alturas para ubicar las cajas en todo lo alto y ahora toca esperar a que les gusten a los autillos y las ocupen.Ya nos pasaremos en las noches de primavera y verano por el parque a comprobarlo.

Aquí os dejamos una abundante reseña gráfica de todo el proceso y de la colocación de las cajas. Que la disfrutéis e imitéis el ejemplo de estos chicos.

Manos a la obra en el taller
Dando los últimos toques

El resultado final del trabajo en el taller de carpintería

Vertiendo serrín al interior de la caja
Protegiendo el alambre para no dañar al árbol


Una de las cajas ubicadas en un cedro.


Otra caja ubicada en un ailantus o árbol del cielo

Esta caja la pusimos en un aligustre enorme

Rafa Segura dirigiendo a sus chicos

Aprestándonos a subir con el serrucho a podar algunas ramas

Las chicas también fueron guerreras como dice la canción...


Los chicos llevaron su arnés para su seguridad

Encaramados en todo lo alto

domingo, 26 de marzo de 2017

BALANCE DE NUESTRAS CAJAS NIDO EN 2016

Con la primavera en ciernes toca ahora hacer balance de la aportación a la biodiversidad que ha hecho el grupo local SEO Córdoba y muchas otras personas vinculadas a él con la colocación de cajas para paseriformes durante el año 2016.

Aquí os presentamos de manera sucinta los datos.


 La tasa de ocupación ha sido del 50%. Las cajas han albergado hasta nueve especies, siendo el agateador y el colirrojo real novedad para nosotros, pues es la primera vez que aparecen entre nuestros inquilinos. Las especies que con más frecuencia han sido hospedadas en nuestras cajas han sido el herrerillo común (31,78%), seguido por el gorrión común (29,64%) y el carbonero común (28,57%).

Hemos reducido la tasa de predación con respecto a la temporada anterior y se ha situado en el 4,10%, fundamentalmente por las medidas implementadas en el diseño de las cajas, la mayor destreza en la colocación de las mismas y al análisis de los datos, que nos ha permitido definir zonas calientes para este problema y donde se han extremado dichas medidas preventivas o han sido cambiadas de ubicación las cajas.

Es muy interesante también el dato obtenido de doble ocupación de las cajas, que llega hasta al 4,47%, mejorando también los datos de la temporada previa.

Cara a esta nueva temporada, el grupo local ha colocado o distribuido a particulares hasta 250 nuevas cajas, la mayor parte de ellas en zonas urbanas o suburbanas, y con un orificio de entrada con un diámetro que permite el acceso a la más común de las aves, el gorrión, (30-32 mm), declarado ave del año en 2016.

Todos sabemos el importantísimo declive que está sufriendo este ave en toda Europa, en las grandes ciudades, cada vez más inhóspitas para él, pero en España especialmente también en el medio rural, donde la despoblación es otro factor asociado que está provocando un descenso muy acusado en sus poblaciones.

Cajas cedidas a un miembro de la policía local de Cabra
Frente a todo ello, todos podemos aportar nuestro granito de arena, favoreciendo la nidificación de las aves en nuestros bosques y ciudades, en nuestras casas y jardines.  Aquí queremos glosar varios ejemplos de personas que se han dirigido al Grupo Local  y a las que se les ha ofrecido cajas nido u otro material para favorecer la nidificación. En concreto hablamos de Emilio, Gonzalo y Rafa.

Emilio tenía problemas con los gorriones, que utilizaban los conductos de ventilación de la cocina para ubicar sus nidos, con el consiguiente riesgo. Así que colocando las cajas que le hemos construido les dará una alternativa y podrá gozar de su presencia sin que le ocasionen molestias.

Emilio López con las cajas que le hemos entregado


Gonzalo, nos pidió cajas para páridos para ubicarlas en una parcela de Villaviciosa, pero también deseaba que las golondrinas nidificaran en su casa, en la periferia de Córdoba, y además de las citadas cajas, le construimos esas bandejas en la que esperemos nidifiquen con éxito las aves a las que dedicó una de sus más famosas rimas Gonzalo Adolfo Bécquer.

Gonzalo Gil con las cajas para párido y las bandejas para golondrinas, así como una caja de lechuza que le entregamos. 


Finalmente, nuestro amigo Rafa Zafra y su hijo Dani nos pidieron ayuda y  han ubicado las cuatro cajas que le dimos en el poblado de la presa de Sierra Boyera, en Belmez

Una de las cuatro cajas que Rafa Zafra ha ubicado junto a la presa de Sierra Boyera, en Belmez.


Como ellos tres, todos podemos imitar su ejemplo, dar una oportunidad a las aves y disfrutar de la presencia alegre de carboneros, herrerillos, gorriones, golondrinas, aviones o vencejos . Si necesitáis ayuda podéis contactar con el grupo local SEO Córdoba.

No queremos despedirnos sin dedicar un entrañable abrazo a nuestros amigos Antonio y Loli, propietarios de una parcela en la urbanización La Colina, a las afueras de Córdoba, donde tuvimos nuestro primer taller de construcción de cajas. Lamentablemente una inoportuna caída y la consiguiente fractura de cadera de nuestro querido Antonio, ha impedido este año la revisión de la quincena de cajas ubicadas allí, y que los gorriones ocupaban mayoritariamente. Le deseamos una pronta recuperación a Antonio y que vuelva a disfrutar en su pequeño huerto como solía hacer.  









lunes, 13 de marzo de 2017

UN PASO MÁS CON LAS CAJAS NIDO


Nuestro trabajo con las cajas nido se inició, hace ya algunos años, como actividad de educación ambiental, realizando talleres en distintos momentos del año, como en el Día Mundial de las Aves, colaboraciones con centros educativos, otras asociaciones medioambientales,….

El siguiente paso, cuando ya se dispuso de un cierto número de cajas, fue su colocación en zonas de la periferia de la ciudad que presentaban un claro déficit en el hábitat de nidificación para aves que necesitan oquedades para anidar. Fundamentalmente parques periurbanos, cuya gestión forestal, durante una serie de años, fomentó y facilitó la sustitución de quercus por pinos, con lo que esto conlleva de negativo para las aves trogloditas.

A continuación seguimos los pasos normales de cualquier proyecto de este tipo:

-         Geolocalización y elaboración de mapas.
-         Seguimiento durante la primavera.
-         Limpieza y mantenimiento en otoño.

Es a raíz de este último paso que, aun sabiendo las similitudes entre los nidos de páridos, fundamentalmente carboneros y herrerillos, nos pareció apreciar que hay cierta diferencia en la composición y grado de uso de los diversos materiales que emplean en la construcción de sus nidos.

Es entonces cuando nos planteamos un nuevo aspecto en la labor que estamos realizando con las cajas nido, y que se suma al de la educación ambiental y la conservacionista, que es el estudio para tratar de establecer un patrón de nido para cada una de las especies de páridos, fundamentalmente carbonero común, herrerillo común y herrerillo capuchino, que usan nuestras cajas,  ya que a algunos miembros del grupo, que participan en la limpieza de las cajas durante el otoño, nos pareció advertir ciertas diferencias en la mayoría de ellos.

Nos surge, por tanto, la necesidad de tratar estadísticamente los datos de los materiales que usan estas aves en la construcción de sus nidos y en qué proporción los emplean. Para hacer esto hemos elaborado una tabla de códigos, a semejanza de las que se usan en el anillamiento científico para anotar el nivel de grasa, el músculo o la placa incubatriz. Y con ella lo que se pretende es buscar un sistema que minimice el aspecto subjetivo en el análisis de la proporción de materiales usados en los diferentes nidos. La valoración de la presencia de los diferentes materiales nos la planteamos considerando los volúmenes que ocupan frente al volumen total del nido, e intentando abstraerse de otras consideraciones (color, situación en el nido,…).

Los códigos propuestos son cinco:

Tras varios ensayos, con algunos nidos que en años anteriores hemos retirado de las cajas durante la limpieza de estas en otoño, este año ha sido el primero que hemos aplicado nuestro método, recogiendo datos de campo con estos códigos.

Los resultados obtenidos en las pruebas han sido analizados para ver el grado de repetibilidad de las codificaciones realizadas por los distintos evaluadores, obteniéndose valores de repetibilidad muy altos; es decir, un alto grado de coincidencia entre las valoraciones de un mismo nido realizadas por los distintos evaluadores, lo que nos indica que puede ser un sistema apropiado para el estudio que nos planteamos.

No obstante, para tratar de reducir aún más la subjetividad durante el estudio, cada nido del que se han tomado datos para nuestro estudio, se sigue valorando por varias personas (de cuatro a seis), tomándose los datos más repetidos.

Otro aspecto que hemos considerado importante es acordar la descripción de los materiales empleados para evitar que las personas que valoran la composición de los nidos describan de manera diferente un mismo elemento observado. Finalmente se llegó al acuerdo de fijar, en principio, diez materiales básicos, que son:

1.-  Musgo.
2.- Material herbáceo (ya sea de gramíneas, leguminosas u otras)
3.-  Material leñoso (palitos, ramitas,…)
4.-  Lana (natural o sintética).
5.-  Pelo.
6.-  Cortezas y afines.
7.-  Plumas.
8.-  Hojas.
9.-  Material plástico.
10.- Papel.

Lógicamente, sobra decir que se están analizando, para la toma de datos, sólo aquellos nidos que durante el seguimiento visual, que se lleva a cabo de la ocupación de los nidos durante la primavera, se haya podido precisar con certeza la especie que lo ha construido. El objetivo final será ver si cada especie, con sus variaciones individuales de experiencia, habilidad,…, presenta un patrón diferente en cuanto a materiales usados y la proporción en la que los emplea.

Por lo que respecta a los resultados que estamos obteniendo, aunque todavía son escasos, sí están apuntando a que esas pequeñas diferencias entre especies, incluso las más afines, que algunos creíamos ver, pueden realmente existir.

Creemos que la metodología que hemos establecido y estamos poniendo en práctica es igualmente válida para ser aplicada al análisis de nidos, de estas y otras especies, en otros lugares con hábitats diferentes, lo que sería muy interesante, ya que permitiría comparar los resultados obtenidos y comprobar si los patrones de cada especie se mantienen en zonas distintas.

A medida que tengamos más datos de nuestro estudio, como para sacar conclusiones y resultados más claros y definitivos, os iremos teniendo al corriente.

miércoles, 1 de marzo de 2017

PROYECTO APUS en el IES La FUENSANTA : COLOCACIÓN

Hola amigos. El proyecto Apus que echamos a andar desde el grupo local en la primavera y el verano pasados ha dado el 22 de febrero un pasito más, quizás el más difícil y arriesgado con la colocación de las cajas que han elaborado los chicos del instituto Fuensanta y que van a contribuir a mejorar el hábitat de nidificación de la pequeña colonia ubicada en los huecos del tejado del edificio. 


Este instituto está enclavado en el populoso barrio de la Fuensanta, surgido al albor del desarrollismo en los años finales de los 60 y los 70, y donde, como pudimos comprobar la primavera y el verano pasados, apenas hay colonias de vencejos por la carencia de huecos en los edificios.

A la hora de la colocación de las cajas tenemos que tener presente siempre dos criterios: una ubicación adecuada de las mismas para las aves y la seguridad de las personas al realizar estas maniobras. Nosotros teníamos claro donde ubicar las cajas, el muro norte del instituto, que da al campo de deportes y al celebérrimo santuario de la Fuensanta, y traíamos una escalera de varios tramos para ubicarlas allí. Pero José Manuel, el profesor de carpintería, nos ha descubierto un acceso, a través de una escalera de caracol y hemos llegado a la cubierta del edificio, desde donde podíamos trabajar más segura y cómodamente.


Al llegar al tejado hemos visualizado claramente los huecos utilizados por la pequeña colonia ubicada en el edificio. Tienen orientación este y están bajo las tejas, así que al haber emplazado nosotros la cajas junto a estas oquedades, pero en el lienzo orientado hacia el norte, la insolación será mucho menor en el duro y largo estío cordobés y les van a venir de cine a nuestros vencejos, especialmente a los jóvenes pollos .


Una vez allí sobre la techumbre, nos hemos movido con prudencia. Hemos hecho acopio de todo lo que necesitábamos: la alargadera conectada a la fuente eléctrica, el taladro percutor con su broca, lápiz y metro, los 10 tacos con sus tornillos, un martillo, el atornillador con batería y las cajas, a las que los  chicos habían atornillado previamente los enganches metálicos en el taller de carpintería.   

Sobre la superficie del tejado, Maud, Neill y Carlos han trabajado bien coordinados en equipo. Tumbados sobre las tejas, asomados al vacío, sin prisas, primero medían y marcaban con el lápiz sobre la pared los puntos donde colocar la fijación. Después taladraban con el percutor, e introducían primero el taco y luego el tornillo. Por último dejábamos caer la caja hasta que el enganche se colgaba de la fijación.   







 Bajo la atenta mirada de José manuel, responsable de carpintería


Han sido cinco cajas que albergan dos nidales cada una las que se han colocado, muy próximas a la ubicación de los nidales identificados. Tenemos grandes esperanzas de que se ocupen y sobre todo hoy tras la colocación, José Manuel, el profesor del módulo de carpintería, el más implicado en el proyecto, ya nos hablaba de construir otros 10-11 nidales el próximo otoño para cubrir todo el lienzo de pared.



En apenas un mes estarán de vuelta de su periplo africano los vencejos y los chicos del instituto y nosotros miraremos al cielo ilusionados para comprobar si ocupan las cajas. 

Ojalá consigamos convertir esta colonia en una referencia y atraiga la mirada de otros centros educativos que también albergan colonias de vencejos  hacia un proyecto que pretende cambiar la actitud de los más jóvenes hacia las aves urbanas y convertir a los centros educativos en generadores de biodiversidad en el entorno urbano.