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lunes, 25 de mayo de 2020

REVISIÓN CAJAS NIDO DE LOS VILLARES 2019


Este año, el estado de alarma sanitario y el confinamiento ha imposibilitado llevar a cabo el seguimiento de primavera que, desde 2015, el grupo local hace de las cajas nido que tenemos instaladas en el Parque Periurbano de los Villares.

Por eso, para quitarnos un poco el “mono” de cajas, queremos compartir los resultados de la revisión, limpieza y acondicionamiento que se llevó a cabo el otoño pasado.

De las 139 cajas-nido revisadas, 112 se ocuparon, lo que supone un 80,6 % de éxito de ocupación. Un porcentaje altísimo que pone de manifiesto el déficit de oquedades aptas para la reproducción de algunas aves.


Las especies que ocuparon nuestras cajas nido en 2019 fueron carbonero común (Parus major), herrerillo común (Cyanistes caeruleus), herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus), gorrión común (Passer domesticus) y trepador azul (Sitta europea).


El siguiente gráfico representa, sobre el total de cajas que se ocuparon, el porcentaje de ocupación por cada una de las especies.
Se aprecia fácilmente como hay dos especies, el carbonero común (Parus major) y el herrerillo común (Cyanistes caeruleus), que dominan y aprovechan mayoritariamente las cajas, ya que ellas dos solas ocupan 3 de cada 4 de las cajas que están distribuidas por el parque.
Gráfico de ocupación 2019
Entre las cajas ocupadas, se apreció con certeza doble éxito de nidificación en dos de ellas (la caja 15 por herrerillo común y la caja 25 por carbonero común y herrerillo común).

De las 112 cajas-nido ocupadas se comprobó cría efectiva en 101, lo que supone un 90,2 %. De las 11 cajas en las que no culminó la cría, 6 sufrieron predación y 5 abandonaron la puesta, probablemente por molestias de posibles predadores.

Una de las cajas con puesta abandonada nos dio la gran sorpresa de la temporada, ya que tenía 12 huevos, pero no todos eran de la misma especie, al presentar diferencias notables de tamaño. Tras medirlos, determinamos que siete eran de herrerillo común (que era lo que se había constatado en el seguimiento de primavera), con medidas que oscilaron entre 14,80 x 11,16 y 15,46 x 11,63 mm, y los cinco huevos restantes, por medidas, eran de carbonero común, que oscilaron entre los 17,24 x 13,07 y los 18,53 x 13,29 mm. Consistiendo, por tanto, en el primer caso que podemos atestiguar de “parasitismo de puesta” entre estas especies en nuestras cajas. Este comportamiento, que fue descubierto por Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y de la Universidad de Castilla La Mancha (UCLM), suele darse en un porcentaje muy escaso y normalmente en entornos donde la escasez de oquedades aptas para la reproducción de las aves trogloditas hace que la competencia por los huecos existentes sea muy alta.

Notable diferencia de tamaño entre los huevos. También abundante excremento de murciélagos que estaban usando la caja para pasar el otoño e invierno.
Este año sólo se han apreciado signos de predación sobre 7 de las 112 cajas con nidos completos; es decir, una tasa de depredación del 6,25 % y sin concentrarse en ninguna zona en concreto. Lo que supone mantener un nivel bastante bajo, en línea de lo que está ocurriendo los últimos años.
Este logro nos reitera en que son correctas las medidas de seguridad que se adoptaron hace unos años y que consistieron fundamentalmente en:
·         Dotar a la práctica totalidad de las cajas con un protector metálico en el frontal, protegiendo el orificio de entrada e impidiendo que se pudiera agrandar su diámetro.
·         Colocar un voladizo metálico en el techo, sobre todo en las zonas identificadas como sensibles a este problema (sendero botánico y tras el centro de visitantes) que entorpeciera el descenso hasta el techo de las cajas de roedores.
·         Instalación de una tablilla en el interior, justo bajo el agujero de acceso, que divide el espacio interior en dos zonas y protege la inferior, donde se construye el nido y se crían los pollos, de aquellos predadores que introducen las patas por la abertura de la caja para capturar a las aves que hay en el interior.

Nos hubiese encantado ver cómo se iban ocupando las cajas, pero tendremos que esperar al próximo otoño para comprobar qué tal ha ido esta temporada de cría.

Seguiremos informando y, si os apetece, podréis acompañarnos en la revisión de este año que tendrá lugar el próximo otoño.

Mostrando un nido a los más pequeños del grupo.

Uno de los grupos que nos acompañó en una de las jornadas de limpieza y revisión.

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