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miércoles, 22 de febrero de 2017

CAJAS NIDO DE LOS VILLARES 2016

Pronto las cajas que el grupo tiene instaladas por diversos puntos de la geografía cordobesa empezarán a ser ocupadas por diversas especies que buscan en ellas el espacio adecuado para sacar adelante su prole.
Pero ahora, desde aquí lo que pretendemos es compartir con vosotros los resultados que se obtuvieron tras la revisión de otoño de las cajas nido de los Villares.
En 2014, nuestro grupo proyectó la colocación de 140 cajas nido en dicho Parque. Debido a problemas con algunas de ellas (pérdida, retirada por diversas circunstancias,…), la cifra total de cajas-nido a tener en cuenta se redujo a 112.



Todas las cajas nido están marcadas con GPS para su posterior seguimiento y valoración del éxito de ocupación y anidación durante el periodo reproductor.  Entre octubre y diciembre, se revisaron y limpiaron todas las cajas nido y se colocaron y marcaron con GPS cajas nuevas o reparadas hasta completar la cifra original de 140 previstas.
De las 112 cajas-nido revisadas, se observó ocupación en 61, lo que supone un 54,5 % de éxito de anidación. Entre las cajas ocupadas, se detectó doble éxito de nidificación en cuatro de ellas (por herrerillo capuchino y gorrión común; con doble nidada de herrerillo común; por herrerillo común y carbonero común; y por carbonero común y gorrión común).


Carbonero común, uno de los habituales de nuestras cajas
Entre las 51 cajas-nido consideradas como no ocupadas, 22 se vieron afectadas por la acción de los pájaros carpinteros, repercutiendo negativamente en el éxito de ocupación de las cajas. No obstante, se hallaron materiales o signos de intento de anidación sin éxito en 27 de ellas, 9 de las cuales habían sido afectadas por los pícidos.
Las especies que han ocupado nuestras cajas nido en 2016 han sido: carbonero común (Parus major), herrerillo común (Cyanistes caeruleus), herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus), gorrión común (Passer domesticus) y trepador azul (Sitta europaea).





Este año sólo se han apreciado signos de posible predación sobre 5 de las 61 cajas; es decir, un 8,19 %. Lo que supone una importante reducción con respecto a los datos del año anterior, y sin concentrarse en ninguna zona en concreto.


Trepador azul, otro de nuestros inquilinos.



    
Agateador común

 Este logro creemos que ha sido propiciado por las medidas que se adoptaron a raíz de la situación del año pasado y que consistieron fundamentalmente en dotar a la práctica totalidad de las cajas con un protector metálico en el frontal y voladizo metálico en el techo, que impidieran, por un lado, ampliar el diámetro del agujero de acceso; y, por otro, entorpecer el descenso de roedores hasta el techo de las cajas. También se ha mejorado el diseño de las cajas reduciendo el espacio entre el techo y la pieza del frontal que bascula. De esta forma, dificultamos el acceso de potenciales predadores al interior de las cajas.


Nido de Trepador azul

Nido de Agateador común
 Por otra parte, de 20 cajas especialmente diseñadas para agateador común, solo se observó ocupación en 7 (un 35%), pero sí nos depararon la gran sorpresa de anidación de dos especies “nuevas” en nuestras cajas, el agateador común (Certhia brachydactyla) y el colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus). Las otras especies que emplearon este otro tipo de cajas fueron el carbonero común y el herrerillo capuchino.



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